Chuntá: los travestis de la conquista española

Hace unos días me fui de vacaciones al hermoso estado de Chiapas y más allá de sus maravillosos paisajes y reservas naturales, quedé impactada con los gustos y tradiciones que llevan. En muchos casos nos sorprendemos de lo que pasa en el resto del mundo y no nos damos cuenta que en nuestro mismo país también se viven historias asombrosas.
 
El sábado nos levantamos muy temprano para ir a visitar dos pueblos indígenas de la región que llevan por nombre San Juan Chamula y Zinacantán. El primero de éstos te transportaba a vivir una experiencia digna de documental. Cabe mencionar que no estoy de acuerdo con la mayoría de las costumbres que tienen, sin embargo me parece interesante compartir esta experiencia.
 
San Juan Chamula se encuentra a 20 minutos en carro del pueblo mágico San Cristobal de la Casas. Es un pueblo donde el gobierno no tiene voz y los mismos indígenas que viven ahí gobiernan y tienen sus propias reglas. Ahí está permitida la poligamia y cada hombre puede tener hasta siete mujeres. Dentro de sus creencias está prohibido usar cualquier método anticonceptivo.
 
Cuentan con una iglesia muy peculiar, llamada católica tradicionalista y esta excomulgada por el Vaticano. Está situada justo enfrente de la explanada principal del pueblo, frente al quiosco. Los habitantes del pueblo tienen permitido las visitas de los turistas para conocer su cultura, sin embargo no permiten grabar o tomar fotografías dentro de la iglesia o de alguno de sus habitantes ya que creen que al ser fotografiados, su alma es robada.
 
El día que fuimos tenían una fiesta, por lo tanto todos se encontraban en la explanada principal celebrando. En el quiosco se encontraba un grupo de banda tocando, mientras que a un lado estaban los hombres con cargos más importantes dentro de su comunidad. Abajo dando vueltas alrededor del quiosco se encontraba un grupo de niños con máscaras danzando pero lo que más llamó mi atención fue un hombre vestido de mujer que bailaba junto a ellos.
 

 
De inmediato le pregunté al guía, qué era lo que presentaba, ya que el pueblo es muy machista y me sorprendió el hecho. Nuestro guía nos explicó que se les llama chuntá y que surgieron cuando los españoles llegaron a México, arribaban a las comunidades indígenas y tomaban por la fuerza a las mujeres para violarlas. Los hombres miembros de estas comunidades decidieron vestirse de mujer para que cuando cualquier español llegará y quisiera abusar de alguna pudieran toparse con alguien de “su misma fuerza” y así evitar este suceso.
 

 

Así que el chuntá que bailaba junto a los niños representaba la protección que los indígenas les daban a las mujeres.

 

 
Actualmente en Chiapa de Corzo en el mes de enero se realiza una celebración llamada La Fiesta Grande, donde varios hombres hacen la representación de los chuntaes y recorren bailando las diferentes calles principales del lugar. También existe otra leyenda, dice que los chuntaes representan a las sirvientas de doña María de Angulo (española de la época de la conquista) que recorrían la ciudad repartiendo comida y dinero.
 
Me parece increíble que existan este tipo de fiestas donde el machismo pasa a segundo término y donde todos disfrutan de su cultura y tradiciones. Si quieren salir de vacaciones y aún no deciden el destino, Chiapas es una excelente opción, aparte que ayudarás a los damnificados por el sismo, ya que en este estado su principal ingreso económico es el turismo.
 
Les comparto un breve vídeo que grabó nuestro guía: