A Emma, mujer trans, la esperaron en la puerta de su casa para ahorcarla y decirle “personas como tú no deberían existir”. Eso es el reflejo del discurso de odio
A Emma la agredieron porque al día de hoy siguen existiendo personas que dicen que las mujeres trans no son mujeres y por lo tanto merecen que las ahorques.
Sí así de claro, si estás en contra de la existencia de una persona, tus palabras no son libre expresión es discurso de odio o mensajes de odio en caso que solo tengas 3 likes.
Pero no importa qué tanto eco tienes, lo importante es que dejemos de reproducir frases que aparte de discriminatorias e ilegales son un puente que llenan la cabeza de otra persona que sí se paran en la puerta de alguien para intentarle asesinar.
Esto le pasó a Emma en noviembre pasado saliendo de su casa y añade la siguiente oración que me dejó pensando:
…“Me pasó en un torneó jugando voleibol, me sacaron porque era mujer trans; me pasó en mi trabajo, era maestra ya sabes en un pueblo, una de las mamás se quejó porque yo era mujer trans y ahora me pasó en mi casa nada más por ser trans”
Existimos, valemos lo mismo, estamos en riesgo”…
No había podido escribir esta nota porque todos los días ha salido algo. Agreden, corren, escupen, matan y demás a poblaciones LGBTQ+, no es justo que sintamos esto diario porque un par de personas con plataformas y micrófonos pongan en duda nuestra existencia.
La periodista Láurel Miranda lleva la cuenta de al menos 11 situaciones violentas en contra de personas diversas en México, a tan solo días de iniciar el año.
El caso de Emma no es un caso aislado.

Esto es producto de que se les niegue en específico a las poblaciones trans y más aún a las mujeres trans, derechos básicos como el de vivir libres de violencia.
Te imaginas a alguien escuchando a esos políticos, comunicadores, periodistas que quieren debatir sobre las vidas trans y esta otra receptora diciéndoles: tienen razón no deberían existir.
Planeando entonces el cómo lastimar a una mujer trans solo por existir, conseguir ir a donde se encuentren llámese Emma o ahora hace días Natalia y querer literalmente acabar con sus vidas y todo esto por tener la razón…
Somos muchísimas personas que vemos esto como lo que es: violencia, pero lamentablemente muchas otras allá a fuera siguen defendiendo el discurso de odio como libertad de expresión. Y esto, moral y legalmente, es incorrecto. Tus palabras tienen limitantes y es que no afecten de manera directa la vida de alguien más. Si te la pasas diciendo que las personas trans “no están bien”, alguien usará lo que dices como abono y culminará con tu dicho.
El discurso de odio y según la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), son una …“serie de estereotipos, prejuicios, imágenes y mensajes que representan errónea y desfavorablemente a grupos desaventajados— representan un daño en sí mismas, pero también son un indicador y a menudo el comienzo de una cadena de conductas y actitudes discriminatorias…” . (Fuente)
Emma, mujer trans que vive en Ciudad Juárez, Chihuahua, México, una de las ciudades más peligrosas para vivir si eres mujer está en peligro por tu debate.
Existe todavía mucha violencia con ciertas poblaciones, incluso la Suprema Corte de Justicia les llama categorías sospechosas a ciertos grupos.
La Fiscalía de Chihuahua inició una investigación penal por el caso de Emma, pero en Chihuahua no existe la figura de transfeminicidio o tentativa de la misma. Por lo que se clasificó como robo con violencia.
Emma fue arropada por muchas colectivas de mujeres pero no todas las mujeres tienen esta fortuna. En este caso se siente tranquila pero sí preocupada y consciente de que su voz dará eco a muchas violencias más que no se cuentan y por eso me permitió platicar con ella.
Ella buscará asilo político ya que en México no la dejaron ejercer su profesión, le negaron lo que socialmente le gusta y la buscaron hasta el rincón de su casa para tratar de desaparecerla.
Tus palabras generan realidades. Basta de transfobia.