La serie Strangelove, creada por el director, escritor y productor Jorge Xolalpa, ha logrado ser incluida en la boleta de los Emmy de este año para consideración de nominación. Un gran logro para la comunidad queer latinx.
Esta comedia romántica, elogiada por diversos medios, busca explorar las distintas interseccionalidades que enfrenta una persona latina y queer. Lo que ha permitido que esta historia conecte con la audiencia es que su creador ha dejado una parte de sí en cada diálogo, escena, interacción y personaje.
Xolalpa creció completamente alejado del mundo del entretenimiento. De niño soñaba con convertirse en piloto, pero un problema de astigmatismo lo obligó a abandonar ese sueño. Esto lo llevó a involucrarse en la política y obtener un título en leyes, aunque durante ese tiempo ya escribía historias que, sin saberlo, se convertirían en sus futuras producciones.
Así comenzó su camino como actor, filmó su primer cortometraje, y realizó su primer largometraje con un iPhone 6. Completó producciones en menos de siete días, con presupuestos de menos de cien dólares. Nada lo detuvo. Y eso fue solo el inicio de una carrera que sigue creciendo hasta hoy.

Para conocer más sobre Strangelove, nos sentamos con Jorge para hablar sobre la historia detrás de esta producción, su experiencia como persona queer y Dreamer en Hollywood, y lo que significa tener una serie considerada para los Emmy.
Como creador queer y latine, ¿qué significa para ti ver tu serie en la boleta de los Emmy, sabiendo lo poco representados que estamos en espacios como ese?
Decir que es un sueño hecho realidad sería una mentira y también quedarme corto, porque siempre supe que algún día estaría en esta posición. Lo que no sabía era cuándo, y justo eso es lo que hace que todo esto valga aún más la pena y se sienta tan especial. Desde muy temprano en mi carrera, siempre he aspirado en grande, y nunca he tenido miedo de decirlo. Ser cineasta independiente también implica saber que puedes hacer lo que te propongas y aspirar a lo más alto sin afectar a nadie. Así que sí, se siente increíble. Saber que una serie que hice con $1200 está siendo considerada para uno de los premios más importantes de una industria que tantas veces ha intentado borrar nuestra existencia… no tiene precio. Es un sentimiento que voy a atesorar por mucho tiempo.
¿Te encontraste con alguna barrera al presentar una historia tan específica, tan queer y tan latine a plataformas como Amazon o Revry?
Creo que el mayor reto fue hacerles ver a los ejecutivos que la desnudez puede ser algo bello, que no siempre tiene que ser vulgar o explícito. Existe esta idea muy arraigada de que el sexo gay siempre es extremo, con dr*gas, p*ppers… estereotipos que los asustan. Para mí era importante explicar que esta historia nace de experiencias reales, de cosas que yo he vivido. Y eso implica mostrar un lado diferente de nuestra comunidad. También existe mucho estigma alrededor de la sexualidad masculina, de nuestros cuerpos y de cómo se retratan en los medios.
Cuando la gente ve Strangelove, reconocen que hay escenas intensas, pero también honestas, auténticas, especiales… incluso puras. Y más allá de la desnudez, otro obstáculo fue hacerles entender que cuatro hombres queer pueden ser amigos sin que haya sexo entre ellos. Esa idea simplemente no les pasaba por la cabeza. Por todo eso, que hoy nos llamen el Sex and the City latinx es justo lo que queríamos. Un titular así te hace olvidar, aunque sea por un momento, todo lo que costó llegar hasta aquí.
¿En qué momento supiste que Strangelove tenía que existir? ¿Qué fue eso que te llevó a decir: esta historia la tengo que contar yo?
El momento exacto en el que supe que Strangelove tenía que existir fue cuando me di cuenta de que nadie había tomado el riesgo de contar una historia como esta. Desde Queer as Folk hasta Looking, nunca habíamos tenido una serie con cuatro actores latinos queer al centro, mucho menos haciendo sus historias universales y no estereotipadas. Lo hermoso de Strangelove es que, aunque es una serie LGBTQ, la sexualidad de los personajes no es lo que define la trama ni el arco de la historia. Son cuatro hombres que simplemente son gay. Cuatro hombres con aspiraciones y ambiciones, que aunque son poco convencionales, también son universales. Algo de lo que me siento muy orgulloso de haber creado.

Leímos que querías ser piloto, que estudiaste leyes y que empezaste haciendo cine con iPhone y presupuestos limitados. ¿Cómo crees que todo ese camino tan poco convencional ha moldeado al artista que eres hoy?
El hecho de no saber nada sobre las reglas del cine es la principal razón por la que he logrado construir una carrera en un campo tan competitivo. No conocer las reglas, ni ciertos directores o películas, me dio la oportunidad de explorar al artista que llevaba dentro. Cometí errores que se disfrazaron de maestría, sabiendo que no tenía que ser como Fincher o Scorsese, porque cuando decidí hacer cine, ni siquiera sabía quiénes eran ellos. Es un superpoder que he logrado mantener hasta el día de hoy.
Me ha permitido crear sin límites, abrazar cada error y cada rechazo como una victoria. Me ha permitido decir: “Lo voy a hacer, sea bueno o malo, simplemente lo voy a hacer”, sabiendo que si no sale nada, la vida sigue y haré algo nuevo.
Ahora que puedo hacer cine con presupuestos reales, las cosas cambian. Aunque sigo creando con esa mentalidad sin miedo, también sé reconocer las señales del crecimiento. Los últimos 10 años han sido mi escuela de cine, y estoy tan orgulloso de haberlo hecho a mi manera.
Como Dreamer y como persona queer en Estados Unidos, ¿cómo han influido esas experiencias en tu manera de contar historias?
Desde que llegué a Estados Unidos a los nueve años, supe que era indocumentado. Eso significaba que tendría que madurar más rápido. Ser consciente de mi estatus desde tan joven moldeó mi forma de ver la vida, permitiéndome separarme de esa etiqueta para que no definiera mi presente ni mi futuro. Lo mismo pasó con mi sexualidad. Cuando salí del clóset, dejé claro que no debía usarse para definir mis victorias o fracasos. Esta es mi experiencia y no espero que todos la entiendan.
Dicho esto, mucho de lo que escribo está influenciado por las circunstancias, más que por mi estatus o mi sexualidad. Strangelove es una serie LGBTQ, y Your Iron Lady está basada en mis primeros tres años en EE.UU., pero ninguna cae en el victimismo ni busca complacer a las masas. Son relatos moldeados por vivencias que han marcado mi camino, desde crecer con tres mujeres hasta involucrarme en relaciones imprudentes. Son momentos cotidianos que no definen mi identidad por completo, pero sí la enriquecen.
¿Qué consejo le darías a alguien queer y latine que tiene una historia importante que contar, pero no sabe por dónde empezar?
Creer en sí mismos de la misma manera en que creen en sus ídolos. El momento en que pongas esa misma energía en ti mismo y en tu oficio, conquistarás este mundo. Porque si no crees en ti, ¿por qué alguien más lo haría?
¿Y ahora qué sigue para ti? ¿Estás trabajando en nuevos proyectos que también hablen desde ese lugar tan auténtico?
En aproximadamente un mes regreso al set con mi nueva película HUEHXOLOT, un thriller sobre inmigración y la separación de padres e hijos. Escribí este guión hace cuatro años y que hoy refleje lo que sucede en el país me parece increíble. También estoy desarrollando una nueva serie original con Revry. Aún no puedo contar mucho, pero puedo decirte que es un proyecto tan especial, que estoy poniendo toda mi existencia en él.
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