Un antro gay rechazó la entrada a un hombre que usaba tacones porque supuestamente “no aceptan la feminidad”.
Pavel Vacek quería ir a XXL, un club nocturno gay en el sur de Londres al que va la comunidad de ‘osos‘, con amigos el sábado por la noche.
El ex modelo musculoso quería solo pasar un rato agradable con sus amigos, y aprovechar para bailar un poco y moverse con sus tacones. Sin embargo, al asistir al club, lo rechazaron en la entrada por ser femenino.
Vacek y sus amigos toman clases en Gay Men’s Dance Company (GMDC). Las clases consisten en bailar con tacones altos, como el grupo ucraniano Kazaky o el bailarín francés Yanis Marshall.

Vacek pensó que era la oportunidad perfecta para usar un par de botas de imitación de cuero hasta el muslo con tacones de cuatro pulgadas, unos ajustados jeans negros y una camiseta sin mangas.
El bailarín asegura que no los usa todos los días pero cuando lo hace, la gente siempre lo mira.
Según el sitio, dice que solo pueden entrar hombres y que sean osos, pero no mencionan nada del código de vestimenta.
Considero que es algo ridículo que haya un código de vestimenta. Suena un poco ilógico que decidamos segregarnos o discriminarnos entre nosotros mismos cuando hay lugares que ya nos están prohibiendo el acceso solo por ser gays, lesbianas, trans o bisexuales.
Según Pavel, los del antro no fueron agresivos, simplemente le dijeron que por política del mismo no podían usar maquillaje, pelucas, tacones o cualquier persona femenina, con las palabras del guardia ‘no permitimos la feminidad’.
Creo que entramos en un dilema más grande y súper subjetivo si destrozamos la femineidad; se puede ser bastante masculino y usar tacones, y viceversa. No existe algo realmente válido que diga qué es o no es femenino, todo es un tema cultural quizás, pero a fin de cuentas, todos deberíamos de ser libres de usar lo que queramos y comportarnos como queramos.
Al publicar su historia en sus redes sociales, Pavel recibió mucho apoyo, aunque se topó con algunos otros que defendieron al antro porque al ser un negocio privado, podrían reservarse el derecho de admisión.
Pavel decidió no asistir de nuevo a este antro, pues prefiere ambientes seguros y libres de discriminación. Bien por él.
¿Quién dice que los tacones solo los pueden usar las mujeres?
¿Tú qué opinas al respecto?
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