[vc_row][vc_column][vc_column_text]Hoy no hay una bandera que nos identifique en estos momentos, somos parte de todas aquellas banderas a las que pertenecen a esas manos que ayudan, que abrazan, que consuelan y sostienen otras manos para generar esperanza.
Hoy nos unimos y nos fusionamos como seres humanos, como nosotros anhelamos que fuera siempre, sin estereotipos, sin diferencias ni etiquetas, hoy somos una sola voz, una sola fuerza, esa #FuerzaMéxico que sin importar nacionalidad, género u orientación, todos sumamos a ella.
Hoy la tragedia nos envuelve a todos, nos golpea en todas direcciones y en todos los sentidos, ella tampoco hace distinciones, ni preguntas ni consideraciones, para ella también somos todos iguales. En momentos como éste, nuestra sangre corre igual, el golpe se siente con la misma intensidad para todos, no hay poder que nos haga dividirnos, ni creencias ni leyes. Ante la tragedia todos somos humanos!
Hoy he caminado por las calles desoladas, en medio del silencio y la tristeza, pero también he estado en los centros de acopio, esos lugares mágicos donde el amor está siendo más fuerte que todo, donde las personas te abrazan con sus acciones, donde hemos reído y llorado juntos, donde hemos podido acompañar nuestras soledades, unos porque han perdido sus casa o a sus familiares y otros a causa del terremoto emocional que causó nuestra salida del clóset, donde el rechazo de nuestros padres está latente.
Hoy hemos salido a la calle con ese amor contenido y el sentido que nos da la vida de saber que, antes que todo somos seres humanos que podemos ayudar a otros que lo necesiten, que al igual que los demás, también podemos ayudar en un derrumbe, preparar comida, quitar un muro y construir esperanza.
Hoy escucho mi voz junto a tantos que me han querido callar, hoy he podido llorar juntos a otros hombres que quizá muchas veces me han llamado “marica”, también he visto mujeres cargar escombros para ayudar a sacar a una persona que quizá sea machista y piense que son el “sexo débil”; he visto chicos convertirse en chicas y chicas en chicos, los mismos que hoy están hombro a hombro mezclados entre personas que, en alguna ocasión quizás, les han cerrado las puertas de algún baño. Hoy estamos haciendo lo que quisiéramos hacer todos los días, ser visibles, aceptados e integrados en una sociedad donde todos nos necesitamos.
A veces no sé si esta tragedia, para nosotros los homosexuales, se convierte en un momento de libertad, donde podemos ser igual a todos, ayudar como los demás y ser parte de una misma sociedad, de un mismo país, de una misma humanidad.

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]
You must be logged in to post a comment Login